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Si estás en busca de empleo, necesitás destrezas que te conviertan en un candidato atractivo para los reclutadores. Por eso es bueno que te apoyes en programas de formación para el trabajo que te permitan desarrollar tus habilidades blandas y duras.
Las organizaciones modernas buscan profesionales, tanto con habilidades técnicas como con destrezas socioemocionales. Es decir, personas que sean capaces de adaptarse y generar soluciones creativas frente a los problemas de trabajo.
En este post te contamos qué son las habilidades blandas, cómo se diferencian de las duras y de qué manera podés desarrollarlas y fortalecerlas con una formación para el trabajo específica. ¡Empecemos!
De acuerdo con estudios de la Universidad de Harvard, el 85% del éxito laboral depende de habilidades blandas y el 15% de las duras o técnicas. Pero esto no quiere decir que sean preferibles unas sobre las otras. Te explicamos.
Cuando se busca personal, los encargados de recursos humanos prefieren prospectos con ambos tipos de competencias laborales. ¿Por qué?
Porque a diario junto a los problemas técnicos relacionados con el área o sector, será necesario resolver otros asuntos que demandan ingenio, creatividad, comunicación, trabajo en equipo y un largo etcétera de soft skills.
Esas son las habilidades blandas: cualidades sociopsicológicas que no dependen de la profesión o el grado de estudio alcanzado. Se relacionan con la capacidad de resolver conflictos, los modos de organización y la comunicación.
Son destrezas que se pueden desarrollar y adquirir en relación con la capacidad de persuasión, el trabajo en equipo y la adaptabilidad a los cambios, entre las principales.
Cuando piensas en formación para el trabajo, asegurate de fortalecer tanto tus habilidades duras como las blandas.
Resulta, entonces, que las habilidades blandas complementan a las duras. Es decir, esas competencias profesionales que adquirís a través de estudios técnicos, universitarios y experiencia profesional se enriquecen y potencian a través de las habilidades blandas o soft skills.
Como dijimos, las habilidades blandas desempeñan un papel importante en el día a día laboral. Junto a las duras, te dan la pericia necesaria para resolver conflictos y desempeñar un trabajo exitoso.
La lista de habilidades blandas puede ser enorme, porque existe una gran cantidad de destrezas importantes en la formación para el trabajo. Sin embargo, entre ellas hay tres altamente valoradas por las organizaciones: adaptabilidad, creatividad y liderazgo.
Veamos de qué se trata cada una.
Cuando nos referimos a adaptabilidad hablamos de la capacidad de acomodarse frente a lo contingente y los cambios imprevistos que surgen en el trabajo. Se trata de una habilidad que permite responder con adecuación y creatividad a las modificaciones o evoluciones de tu vida profesional, en general.
La adaptabilidad a los cambios se relaciona con la flexibilidad y la capacidad de respuesta a nuevas circunstancias.
Conlleva adaptación a los cambios estructurales, reorganización interna, solvencia frente a modificaciones de equipos o funciones. También es la habilidad necesaria para incorporar nuevos sistemas tecnológicos o aplicaciones que mejoren la productividad.
La creatividad es el ingenio, inventiva e imaginación puestos al servicio de los problemas que puedan surgir. Es la habilidad que permite aportar nuevas ideas para conceptos ya vistos, por ejemplo.
Se relaciona con la curiosidad para buscar soluciones a los retos. De hecho, las organizaciones esperan que seas creativo porque la creatividad aplicada al trabajo supone:
Finalmente llegamos al liderazgo. La capacidad de liderazgo es la más valorada: un líder es capaz de influir y motivar positivamente a los miembros del equipo. Involucran a otras personas y potencian el grupo porque usan inteligentemente las habilidades individuales en favor del trabajo conjunto.
Un líder también es capaz de organizar las actividades de forma lógica. Además lleva a cabo acciones que le permiten alcanzar los objetivos y metas que la organización se propone.
Como habilidad blanda, el liderazgo es un rasgo de la personalidad que crea grandes oportunidades. Y aunque existen líderes natos, esta es una habilidad que se puede desarrollar con programas de formación para el trabajo.
En Esep contamos con una diplomatura para la gestión de equipos que puede ayudarte a desarrollar todas tus habilidades blandas en favor de equipos orientados al éxito.
Por otra parte, las habilidades duras son aquellas que se adquieren con entrenamiento técnico. Son conocimientos más o menos fácticos que se pueden demostrar, evaluar o poner a prueba.
Por ejemplo: conocimientos en informática, lenguas extranjeras, conducir un coche, diseñar edificios y lo que puedas imaginar.
Son, en suma, los conocimientos teóricos y prácticos que permiten el desarrollo profesional en un área de saber particular. Podemos decir que se caracterizan por los siguientes rasgos:
Como vemos, son contenidos específicos e inherentes a determinadas áreas. Sin ellos no es posible aspirar a determinadas posiciones laborales.
Dominar habilidades duras te abre las puertas al mercado laboral, pues estas son requeridas por las empresas.
En el mercado actual, existen habilidades duras que pueden abrir numerosas oportunidades laborales por su alta demanda. Veamos algunas a continuación:
El conocimiento de las leyes es muy amplio y abarca muchas áreas: gestoría judicial, práctica tribunalicia, notarías, entre otras.
Pensá en que son muchas las empresas que necesitan personal capacitado en estas áreas. Tomar cursos o diplomaturas relativos a la práctica legal o tribunalicia puede ser un plus en tu perfil profesional.
Las organizaciones requieren de personal con conocimientos en el área administrativa, ya que esta es indispensable en la gestión diaria de las empresas.
Por ejemplo: un curso de gestión administrativa contable aporta habilidades duras en relación con el área profesional: desde la gestión bancaria hasta la profesionalización de la recepción de una oficina.
Considerá también los cursos de finanzas o una diplomatura en macro y microeconomía, si tu interés es incorporarte en el sector comercial.
Si querés ser un trabajador independiente, tener conocimientos de marketing podría potenciar tu oferta profesional. El desarrollo de tu marca personal es un tipo de habilidad dura que debes considerar.
Tener una marca personal bien diseñada te permitirá llegar de forma eficiente a tu audiencia; es decir, a las personas que podrían estar requiriendo de tus servicios profesionales.
Además, también puedes asesorar a otras personas en la creación de su marca personal, lo cual puede ser muy beneficioso para ti en términos económicos.
Desde ESEP, ponemos a tu disposición opciones para fortalecer y desarrollar habilidades blandas y duras. Ofrecemos cursos y diplomaturas en áreas diversas que facilitan tu desarrollo profesional:
Un perfil profesional moderno se nutre de habilidades blandas y duras. No es posible pensar unas sin las otras. Tu formación para el trabajo debe hacer pie en la sinergia perfecta entre ambas habilidades.
Si estás considerando incorporar habilidades duras en relación con las demandas del mercado actual, considerá el análisis de datos, la gestión administrativo contable y el marketing.
Ahora bien, si se trata de potenciar tus habilidades blandas, considerá en primer lugar cursos y capacitaciones que desarrollen tus habilidades de liderazgo, creatividad y adaptabilidad a los cambios.
En ESEP ponemos a tu disposición cursos y capacitaciones de alto nivel, 100% online, en áreas estratégicas para el mercado actual. Contactanos para más información.
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